Fondo antiguo de la Universidad de Sevilla

En la visita al Fondo Antiguo de la Universidad de Sevilla, el director del mismo, nos habló de la historia de la Universidad y nos mostró algunos ejemplares de distintos siglos. Ya en los comentarios iniciales fue interesante conocer como en sus inicios la Universidad partió del legado de un colegio religioso, del que no se separaría hasta el siglo XVIII. Pero al margen de la historia de la universidad, lo más interesante fue poder observar ejemplares que perviven tras varios siglos.
En mi caso, la exposición del director que nos mostraba los ejemplares me hizo rememorar cierta obra de Pérez Reverte, "El club Dumas", en la cual se habla de códices, incunables, pergaminos y otros conceptos relacionados con libros antiguos que ahora teniamos la oportunidad de poder ver de cerca. Al margen de detalles como las distintas encuadernaciones, tamaños o temáticas, me llamó la atención la pulcritud que merecía la elaboración de un libro, y esto era fruto de que muchas veces eran encargos realizados por personas adineradas o poderosas que lo recibían con exclusividad. Me resultaron muy llamativos los Atlas que pudimos observar, y el detalle cartográfico que situaba hace siglos a California como una isla en el Pacífico, separada del resto de los Estados Unidos.
Y por supuesto no podemos olvidar la gran sombra de la censura, de cuya mano pudimos observar tachados, cortes de bisturí o cubiertas sobrepuestas sobre la página original. Tal como comentó nuestro guía, Eduardo Peñalver, después de todo habría que agradecer que los censores se tomaban su trabajo con precisión, y no hicieron desaparecer las obras por completo, sino que eran minuciosos en su trabajo y aplicaban estrictamente la censura en las partes de la obra que no consideraban "adecuadas".
Para finalizar, entender también que es necesario el control y la limitación en el acceso a estas joyas de la historia, puesto que si libros del siglo XIII han sido conservados hasta hoy, no podemos permitir que su legado se pierda incluso por robos parciales, tal y como pudimos observar en ocasiones donde con un bisturí habían hurtado grabados o páginas de libros los "amigos de lo ajeno".
Así, solo queda desear que a pesar de las vicisitudes futuras, estos libros antiguos puedan seguir descansando y revitalizándose, tanto por sus restauraciones como por el uso que puedan dar de ellos los investigadores.